sábado, 1 de enero de 2011

Mi madre es culpable.

La doctora Moreno mató a su hijo, no hay más qué decir pero sin embargo se dice, la discusión se desata y sobre ella recaen los prejuicios moralistas, el catolicismo dogmático y el circo mediático que caracteriza a México desde hace más de 5 décadas.

Me encuentro de visita en casa de mi abuela, no es muy frecuente que me encuentre ahí pero son épocas navideñas y es necesario colgarse de ello para visitar a los seres queridos que han sido abandonados por las ocupaciones de la vida. La abuela me recibe gustosa, me da dulces y chocolates cual si fuera aun un niño, pero los años han pasado ya por su cuerpo y la han debilitado hasta el extremo, entonces comienza su rutina, se sienta en su sillón favorito y enciende el televisor con cable para ver sus películas, esas del cine mexicano de los años cincuenta que a todas las personas de su edad gustan.

Sabía que esto pasaría pero por mí no hay problema alguno. Crecí en una familia amante del cine y la música de mitad de siglo por lo que desde pequeño estuve expuesto a ese tipo de productos culturales y los disfruto, María Félix y las películas de Luis Buñuel son de sus favoritas. Me pongo cómodo, doy un beso a la abuela, me acerca un tazón de frituras y comienza la función del día.

Mi madre es culpable, reza el título, protagonizada por Marga López y dirigida por Julián Soler. La trama es sencilla pero imagino que debió ser polémica en su tiempo, resulta que en un programa de televisión estilo talk show (primero me sorprendí de que en esas épocas hubiera algo así) se presenta una especie de jurado “tradicional mexicano”, que es como lo anuncia el presentador, y se narra la historia de Consuelo Moreno, una mujer que estudiando medicina se enamora de su profesor el doctor Javier Manterola quien a su vez se enamora de ella.

El doctor le propone matrimonio pese a que él es un “ferviente católico” y ella es “no creyente”, cosa que se recalca a lo largo de toda la; la doctora Consuelo acepta un matrimonio por la iglesia y que su esposo eduque a los hijos que vayan a tener en la fe católica pues afirma “yo no podría jamás imponer una creencia”.


En fin, en el momento clímax del filme el hijo, el único que podrán tener pues la doctora sufrió un problema de parto, es diagnosticado con cáncer en la mandíbula, algo incurable. La doctora vive el sufrimiento de su hijo al inyectarle las medicinas que apaciguan el dolor y cada día se vuelven más inservibles hasta llegar al punto en que ya no calman el dolor. La doctora Moreno en su desesperación dentro del cuarto con su hijo gritando inyecta a su hijo con más de la dosis del día para que este ya no sufra más, el niño muere por la sobredosis librándose del dolor que le causaba el tumor en el maxilar.

Tras decírselo a su esposo y ver que este no la comprende ni apoya va y se entrega a la justicia por el crimen que cometió y es cuando se vuelve al inicio, el programa televisivo en que un grupo “representativo” de la sociedad mexicana debatirá y sentenciará a la mujer. Un periodista, una maestra, un rabino, un sacerdote católico, un jesuita, un abogado, un filósofo y un médico exponen sus razones de juicio en contra o a favor de la doctora Moreno.

Es ahí cuando se me sale la pregunta incómoda hacia mi abuela, una que quizá no debí hacer pero se me quemaba en la garganta ¿por qué los católicos se molestan ante un caso así si ustedes creen que existe la vida después de la muerte? Al fin y al cabo el mundo para los católicos es un “valle de lágrimas” al cual se viene a sufrir y la verdadera vida está en el cielo con su dios. Mi abuela solo contestó un seco “no lo sé” pero argumentó a favor de la doctora Moreno pues ella sabe lo que es ver el dolor de un hijo y perder a 4 de ellos.

En la película al final el juez termina sentenciando que la doctora Moreno es inocente pero tras la intervención de su esposo que tiene una “responsabilidad eterna” pues contrajo matrimonio sagrado con ella. Me saltaron a la mente una infinidad de preguntas, el hecho del circo presentado en televisión al más puro estilo Televisa que me muestra los inicios de los degradante medios de comunicación que tenemos ahora me lo pasé de largo y me enfoqué en otros asuntos.

Y creo que sí es ambiguo y nunca lo había notado, cuando los católicos dogmáticos se aferran a combatir los avances para aprobar la eutanasia en países democráticos me parece una contradicción a sus creencias o, lo que creo es más viable, inconcientemente saben que su dios no existe y que no hay una “mejor vida” después de la muerte. Si fuera así no habría motivo para que permitieran que una persona, un prójimo como ellos, que desea su muerte para evitar el sufrimiento lo lograra y tuviera asistencia médica para ello pues deberían estar seguros de que algo mejor le espera a esa persona en “el reino de los cielos”.

Es como cuando una persona dice haber hablado con dios y la gente a su alrededor lo tildan de loco, como lo hizo mi hermana con cierto novio que tenía, ahora él está en un hospital psiquiátrico y dios nunca le habló, ¿por qué lo tildaron de loco mi hermana y mi madre, fervientes católicas? Creo que en el fondo, muy en el fondo, saben que dios es una representación y que existe en tanto abstracción pero que él no es un ser físico que creó el cielo y la tierra en 7 días y que los espera en el cielo y los cuida desde ahí, aunque le recen y vayan a misa los domingos y viernes primeros del mes, aunque le pidan cosas imposibles saben inconcientemente que no los escucha pues solo es una creación de ellas. Como lo son Jehová, Alá, Thor, Atenea o Kukul Khan, representaciones y creaciones de la mente humana necesitada de cierta espiritualidad y de explicaciones a sucesos que no puede comprender.

Ese pensamiento atiborrado de dudas e hipótesis que duró 2 minutos se esfumó cuando mi abuela sirvió la mesa y nos sentamos a comer, al final ella bendice los alimentos, yo le pongo atención y me persigno como cuando me enseñaron de niño, aunque ella sepa que lo hago por respeto a ella y nada más, y así es, respeto las creencias de todos y así pido que ellos respeten mis acciones, solo fueron dudas espontáneas que me surgieron y que me gustaría que me pudieran responder quienes están tan seguros de la existencia de un dios.

4 comentarios:

Sabiduría popular dijo...

"Yo creo que sí, sí hay un Dios, pa' todos, no nomás pa' mí, pa' todos... sí, pero es que nosotros no lo podemos ver porque nosotros no somos nadie". Isabel Dolores Hernández, "Chabelo" o "El Chaparro", trabajador de maniobras, de la grúa. Durante un día de trabajo en la construcción del Segundo piso del periférico de la Ciudad de México, "En el hoyo".

Anónimo dijo...

Yo también creo en que Dios existe, en primer lugar porque me lo inculcaron y yo si creo que se puede hablar con Él y que hace milagros, y muchos se pueden burlar y preguntar: ¿Cómo? Bueno, puedes ir a un oratorio, a las iglesias, a alguna Catedral y decirle lo que quieres, por medio del pensamiento por ejemplo. Y eso de que inconsientemente las personas saben que Dios no existe; no estoy de acuerdo, desde que tengo conciencia y la madurez suficiente, desde ese día, hace años ya, yo lo siento en mi interior, siento estar conectada a Él desde siempre; por ser mi Creador y el de toda la humanidad (porque que algunos lo niegen, o vivan como si no existíera, no quiere decir que sea así) y mi alma. Además, no creo ser la única persona en el mundo que, si quiera(por lo menos), sienta la existencia de un ser superior. Y ya para ir terminando, hay algo llamado FE, que para los católicos significa mucho y en general, la Fe puede mover masas e impedir que la esperanza decaíga.Los católicos aceptamos muchos Misterios que con el simple entendimiento humano no podríamos comprender gracias a la FE.

Anónimo dijo...

Hola soy el mismo anonimo de hace rato.

Creo que la FE es muy especial, y que por desgracia no todos la tienen desarrollada. El ser humano, por si mismo no puede comprender a Dios, por eso vino su Hijo: Jesucristo; a enseñarnos el camino para ser felices en el Cielo depués de haber llevado una vida correcta que no atente contra los Mandamientos y en la que floresca el amor a Dios y al prójimo.
Cuando mencionaste eso de que Dios no escucha, que es mero producto de la imaginación, mentalmente discrepé contigo y me puse a pensar y recorde algo que había oído en la Misa. ¿Qué cosa recorde? Enseguida te lo cuento. Una gran santa, madre de un santo que a tardía edad se convirtió pero que luego proclamo a Dios con mucho fervor, después de haberse martirizado al intentar entender cosas divinas con solo la razón. Además, este santo era mujeriego, creo que le gustaba bastante tomar y hacer cosas indecentes. Bueno, este santo fue San Agustín. Su madre oro por el él y Dios la oyó por su ruego era sincero, venía desde el corazóny fue un rezo perseverante y lleno de fe. El rezo por su hijo Agustín duro 40 años, bastante tiempo para una petición ¿no creen? Bueno he aquí una prueba de que Dios sí escucha y no me vengan a decir que fue casualidad, pues esta mujer fue paciente y tuvo fe, y se le hizó el milagro. Actualmente, vivimos en una sociedad muy acelerada todo lo queremos ¡YA!, no sabemos esperar, si alguién actual hubiera juzgado esto durante... 2años a lo más, hubiera sido impaciente, poco observador y no hubiera podido descubrir la verdad. A veces Dios nos pone a prueba, para ver cuanta es nustra fidelidad hacia ÉL. A veces nos pide que confiemos ciegamente. Otras veces parece soltarnos la mano. Lo importante es que si bien supondra esfuerzo, (y la prueba nunca estará por encima de nuestras fuerzas)no hay que rendirnos. Hay que ser fuertes. Lo importante es nuestra reacción frente al reto.

San Goloteo dijo...

Querida Anónima, aquí se respetan las creencias. Como tú dices bien, las religiones sólo pueden existir con la Fe; el fundamento último de la religión católica (como de muchas otras) está en la fe ciega en que lo que dice un libro, la Biblia, es la verdad, la pura neta, sin más. Muchos prefieren algo más de fundamento. Y muchos preferimos tomar bastante, ser mujeriegos y hacer cosas indecentes, y esperamos en Dios que nuestra madre no pida que nos lo quiten y si lo hace que Dios no nos lo quite, que nos deje ser así. Ajá