Trabajando oscuramente en la inmensidad del mundo aquel en que fuí concebido por obra y gracia del espíritu. Trato de refugiarme en mis recuerdos para salvar el mundo de los que quedarán después de la gran manifestación.
Intentando esclarecer mis últimos alientos logro convertirlos en útiles pensamientos antes de partir al país que jamás debería abandonar.
Soñando estoy…
Un glaciar en la alborada se precipita delante de aquella que domina el corazón de los hombres de poco saber, detrás encuéntrome yo, observo la escena que termina no en una catástrofe, el dragón alado baja y se posa sobre mi cabeza y comienza a devorarla...
Despierto…, vuelvo al mundo que quisiera abandonar cada segundo, rehidrátome pensando en el suceso ocurrido en el mundo paralelo.
Cae un chubasco y la electricidad se desploma. Paralelo al Picasso quédome en estado inamovible resuelvo algunas incógnitas vitales que disipan las dudas existenciales; lagunas mentales creadas por la imaginación. Todo por servir se acaba.
Cae el primer rayo de la noche, justo sobre mi jacaranda favorita, arde, llora, muere. Muere como los frutos de mi investigación nocturna, e olvidado todo, el problema de no tener lápiz y papel en un momento oportuno.
Subo, trabajando infinitamente en la luminiscencia del cielo aquel en que fui criado por obra y gracia del ser.
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