Aglutinados por Birgitta Jónsdóttir, poeta anarquista, pionera de internet en su país, activista de armas tomar y diputada por el Movimiento Ciudadano, el Parlamento islandés aprobó por unanimidad la Iniciativa Islandesa de Medios de Comunicación Modernos (IMMI, por sus siglas en inglés).
Ese proyecto legislativo contiene un arsenal jurídico único en el mundo. Su meta es proteger contra los ataques de gobiernos y de grandes grupos empresariales a los periodistas, sus fuentes, los medios de comunicación y las páginas web de denuncia e información. Aspira a brindar apoyo y refugio electrónico tanto a los investigadores islandeses como a los extranjeros.

Tres días más tarde, el 2 de agosto de 2009, el noticiario de la televisión estatal islandesa RUV se aprestaba a presentar un reportaje sobre la información difundida por WikiLeaks cuando una orden judicial emitida a petición del banco Kaupthing interrumpió el programa. Los periodistas sólo pudieron exhibir la página de presentación de la página web y su dirección electrónica.
Semejante censura enardeció aún más a los islandeses y movilizó a un grupo de diputados que decidió elaborar un ambicioso proyecto de defensa de la libertad de expresión.
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1 comentario:
Oh, queridos islandeses, jamás me decepcionarán; por eso es el país más feliz del mundo (ONU)
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