miércoles, 11 de noviembre de 2009

No enseñan, no venden

El que no enseña no vende, cantalea el dicho popular.

En fin, luego de un aburrado (sic) proceso burocrático para que el IFE me dejara ver las boletas de la elección presidencial 2006, aquella en la que oficialmente ganó Felipito por un pelito -el que no se acuerde, puede ver un valios artículo de Rebecca Arenas, dando click aquí-, me dijeron que no, que no me las enseñan.

Nos quieren vender la idea de que aquellos comicios fueron limpios, pulcros. Esperan que les creamos ciegamente que no hubo irregularidades en el conteo de los votos. Ya sabemos que Fox intervino maliciosamente en el proceso, lo que puso en peligro la elección según reconoció el TRIFE, ya sabemos que los empresarios aportaron dinero para la campaña del PAN (hasta el dueño del "Z, Z, Z, Gas"), que se traficó la información del registro nacinal de electores... lo que nos queda comprobar es si realmente los votos emitidos, físicos, las boletas, coinciden con el resultado final.

Para conocer la verdad histórica o una aproximación más clara, pedí que me dejaran ver las boletas, al menos las de mi distrito, pero me lo negaron.

¿Sus razones? Banales, sin fundamento. Pueden ver la resolución final del IFE, completita, aquí. En resumidas cuentas, no me pueden dejar ver las boletas porque mi derecho a la información -y por tanto el de todos- no está por encima de la secrecía del voto... aunque cada boleta no tiene el nombre de la persona que lo emitió, sería imposible saber de qué ciudadano es cada boleta, por lo que la secrecía seguiría intacta. Esta idea es contradictoria, pues sí decidieron abrir las urnas de la elección 2009; es ilógico que una elección permanezca oculta, mientras la siguiente es pública. El investigador de la UNAM John Ackerman lo explica mejor que yo en este artículo de la revista Proceso, publicado en el número 1723.
Finalmente me quedo como agnóstico, sin saber qué fue lo que expresaron los ciudadanos en esa elección del 2006. No me quisieron enseñar... así que yo no les compro la idea de una elección limpia.

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